I
esos
días poemas crujientes
como
ratas de vidrio
en
las alcantarillas del cerebro
brillabas
moldeando
la
noche de sustancias boreales
asesino
mordías
lo celeste y desgarrabas
tus
mejores vísceras de estar vivo
asesino
tu
nombre
dándose
contra
las paredes
la
forma
en
que las cosas se ausentan de sus sitios
sigilosa/
progresivamente/ pregonadoras del vacío /todos los días
invertidos/
fila fusilada
trazo
rojo dormido
en
espejos de peculiares alteraciones
me
repito
la
poema está cansada
me
repito
II
de
tejer los dolores de la noche
en
los colores
del
silencio
bordando
despacio
de sílabas
jardines
enteros
las
manos se venden separadas
del
resto
del
agujero filoso de la galaxia
donde
se desnucan los sueños
la
unidad desnuda y anulada
meretriz
santa utopía sucia
de
lápida olvidada
III
para
dormir apaga la luz imaginaria
de
la mente y no se duerme nada
se
queda mirando la mesa lastimada
IV
la
lágrima arrastra
geografías
de la herida
y
hace un mapa
que
no deja de moverse
no
borra el alcohol
jamás
las cicatrices
solo
a veces
los
nombres las caras
y
luego el horizonte
un
canto de mirlo se dispara
de
negro mediodía
un
radiomurciélago de madrugada
golpeando
las puertas vacías
luego
de años
durmiendo
en la antártida
del
silencio
en
intersticios del misterio
nocturno
que parían
las
pupilas desgarradas
con
que mira/ ciego
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